Protección de pies para evitar heridas y ampollas

Una buena protección de pies te ahorrará muchos dolores molestos que luego requerirán otras atenciones. Los pies soportan el peso de todo nuestro cuerpo y son sometidos a grandes esfuerzos en largas caminatas, jornadas de trabajo extenuantes o días de compras interminables. Por tanto, es importante dedicar una serie de cuidados a la protección de pies, con el fin de evitar heridas o ampollas.

Protección de pies: un buen zapato y unos buenos calcetines

La mejor protección de pies es invertir en zapatos y calcetines de calidad, no conviene que escatimes en tu salud. El calzado debe ser cómodo y fácilmente adaptable a tus pies para que no te roce ni te cause heridas. El pie debe estar sujeto pero sin estar apretado, y tampoco debe bailar en el interior. Otro consejo que contribuye a la protección de pies es ponerse los zapatos nuevos varias veces antes de empezar a andar con ellos. Los cuidados de pies también tienen que ver con los calcetines, que deben ser gruesos y estar ajustados al zapato para evitar pliegues que provoquen ampollas.

Protección de pies: cremas, polvos y pomadas

Antes de aventurarse en una jornada de senderismo u otra actividad que implique andar mucho, hay que asegurar una protección de pies óptima. Entre los cuidados que puedes realizar, uno de las más importantes es limitar la transpiración con cremas y polvos de venta en farmacias. También es recomendable para la protección de pies una pomada contra los roces para las zonas más sensibles. Tampoco descuides la hidratación antes y después de salir a andar.